miércoles, 4 de febrero de 2015

REFLEXIONES SOBRE EL PAPEL DEL PSICOMOTRICISTA



Me gustaría hablar de la importancia de la figura del psicomotricista en la psicomotricidad relacional o vivenciada. No es casual el nombre que se le da a este tipo de práctica o terapia, y la diferencia fundamental para mi con otro tipo de prácticas psicomotrices reside en la actitud que la persona que dirige la sesión muestra con el grupo, con cada individuo. Hace algún tiempo tuve la oportunidad de vivir la experiencia de esta práctica desde el otro lado, el de "la niña". La experiencia fue muy importante, mas de lo que hubiera imaginado. Fue sobre todo una experiencia de descubrimiento y auto-conocimiento. Pude sentir mis límites corporales, imaginativos, expresivos, y entendí cosas nuevas de mi misma y de mis capacidades. Hubo cosas que pude reafirmar y otras en mi auto- concepto cambiaron completamente. Pero de todo ello lo que "me guarde en el bolsillo" fue el papel que ejercieron las personas que guiaron esa experiencia. Fue muy sorprendente para mi (y para tod@s mis compañer@s del curso) que aquellos hombres que debían guiarnos y "dirigirnos" para saber que hacer nos dieran tan pocas explicaciones y nos dejaran simplemente hacer. Al principio demandábamos atención, pero poco a poco nos fuimos encontrando cada vez mas a gusto con lo que hacíamos. Después, cuando al final de las sesiones reflexionábamos sobre lo vivido, tod@s coincidíamos en lo acogidas, arropadas y seguras que nos sentíamos en las actividades. Tod@s teníamos la sensación de estar protegidas y por eso nuestra espontaneidad era mayor, había un permiso en el ambiente para actuar y expresar con libertad. Todo esto me sorprendió, me sacudió por dentro y la idea del terapeuta y del educador que siempre había tenido se desmonto bruscamente.

A partir de esta experiencia he encontrado un nuevo modelo de actuación que me gusta mas y al que le encuentro mucho mas sentido. En este modelo la relación entre el psicomotricista y l@s alumn@s debe estar basada en la confianza y el profundo respeto, aceptando a cada un@ y a sus reacciones completamente sin juzgar si son buenas o malas. Es importante que no exista inducción a una acción determinada o sujestión a través de las palabras, no debe haber correcciones directas. La corrección debe ir a través de consignas, subrayando aspectos sobre los que prestar especial atención.

“Al psicomotricista se le confiere la tarea de proporcionar estímulos y crear las condiciones (espacio-temporales) a partir de las cuales el sujeto ponga en juego sus potencialidades, su ser que se expresa en cada gesto, en cada movimiento, en cada palabra que los acompaña, y ello en una relación de confianza mutua. No se trata de modelar o configurar un tipo de persona sacando lo que sobra o poniendo lo que falta; aceptar al otro en su singularidad es el requisito previo que le permitirá tomar conciencia de su realidad personal y ampliar sus posibilidades de desarrollo a través del intercambio activo con su entorno. Aún en el tratamiento de la patología, los síntomas, las defensas, están llenos de significado y deben ser aceptados y comprendidos, en la medida de lo posible, como una expresión del ser del sujeto, susceptible de sufrir modificaciones.”1



1Raimond Murcia, artículo psicomotricidad y eutonía

http://wwwmundonuevo-daniel.blogspot.com.es/2010/04/psicomotricidad-y-eutonia.html

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